Artrosis de rodilla, también conocida como osteoartritis de rodilla, es una afección que padecemos comúnmente y que afecta la calidad de vida debido al dolor y la limitación de movimiento que provoca.  

La importancia de un diagnóstico temprano y adecuado para manejar los síntomas de la artrosis de rodilla y mejorar nuestra calidad de vida. Existen diversas terapias y cambios en el estilo de vida que pueden contribuir a reducir el impacto de esta enfermedad en nuestras actividades diarias. 

¿Qué es la artrosis de rodilla? 

La artrosis de rodilla, también conocida como gonartrosis, es una enfermedad caracterizada por la degeneración articular. Esto implica el desgaste gradual del cartílago de la rodilla, el cual es esencial para el movimiento sin dolor y para amortiguar los impactos que esta articulación soporta. 

Nuestro cartílago actúa como un cojín protector entre los huesos, pero con el tiempo, es susceptible a deteriorarse. Aunque la edad es un factor predominante, la artrosis de rodilla no es exclusiva de los adultos mayores; jóvenes con lesiones previas en la rodilla también están en riesgo. 

Con la progresión de la artrosis, el cartílago se adelgaza y puede llegar a desaparecer, provocando que los huesos rocen entre sí, causando dolor, hinchazón y pérdida de movilidad en la articulación afectada. 

Para la prevención de enfermedades articulares como la artrosis, es fundamental mantener un peso saludable, realizar ejercicio para fortalecer músculos y articulaciones, y evitar actividades de alto impacto que sobrecarguen las rodillas. 

Causas de la artrosis de rodilla 

Nos encontramos con múltiples factores que contribuyen a su desarrollo y queremos explorar las principales causas. 

  • Factores Genéticos: Hay evidencia de que la predisposición genética juega un papel importante. Si en nuestra familia hay antecedentes de artrosis, es posible que tengamos mayor riesgo de desarrollarla. 
  • Edad: Nuestra probabilidad de padecer artrosis de rodilla aumenta conforme avanzamos en edad, siendo más frecuente a partir de los 50 años. 
  • Desgaste Natural: El envejecimiento conlleva la pérdida gradual de la capacidad regenerativa del cartílago articular, resultando en su deterioro. 
  • Sobrepeso y Obesidad: El exceso de peso repercute negativamente, ya que adiciona una carga extra en nuestras rodillas, acelerando el desgaste del cartílago. 
  • Esfuerzo Repetido: Actividades laborales o deportivas que imponen una tensión constante en la rodilla pueden desencadenar artrosis. 
  • Traumatismos y Lesiones Previas: Lesiones como meniscopatías o ligamentos cruzados rotos pueden incrementar la vulnerabilidad de nuestras articulaciones a sufrir artrosis en el futuro. 
  • Deformidades en las Articulaciones: Las irregularidades en la alineación de la rodilla, como el genu varum o genu valgum, pueden causar una distribución desigual del peso y presión en la articulación, llevando a un desgaste prematuro. 

Una comprensión clara de estas causas es crucial para identificar el dolor crónico asociado con la artrosis de rodilla y para poder tomar medidas preventivas o terapéuticas adecuadas. 

¿La artrosis de rodilla tiene cura? 

La artrosis de rodilla es una enfermedad crónica que, a esta fecha, no tiene una cura definitiva, pero existen múltiples tratamientos que pueden ayudar a manejar y reducir el dolor crónico y a mejorar la calidad de vida de los afectados. 

Tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos 

Los tratamientos para la artrosis de rodilla se pueden clasificar en quirúrgicos y no quirúrgicos. En los tratamientos no quirúrgicos, nos encontramos con opciones como el uso de antiinflamatorios, fisioterapia, y ejercicios específicos para fortalecer la musculatura que soporta la rodilla.

La artrosis de rodilla tiene cura
Imagen de médico realizando rehabilitación de rodilla a un paciente

Por otro lado, los tratamientos quirúrgicos incluyen desde artroscopias hasta el reemplazo total de la rodilla mediante una artroplastia. Cada tratamiento tiene como objetivo minimizar los síntomas y mejorar la movilidad del paciente.

¿Es bueno andar para la artrosis de rodilla? 

Respecto a la actividad física, caminar puede ser beneficioso para quienes padecen artrosis de rodilla. Andar ayuda a mantener el rango de movimiento y a fortalecer los músculos que protegen la articulación, lo que puede contribuir a una reducción del dolor. Sin embargo, es fundamental hacerlo siguiendo una pauta moderada y adecuada a las capacidades individuales para evitar sobrecargar las articulaciones afectadas. 

Tratamientos quirúrgicos para la artrosis de rodilla 

Ejercicios para artrosis de rodilla 

Realizar ejercicios adecuados es esencial en la manejo de la artrosis de rodilla. Estos ayudan a mantener la movilidad de la articulación, fortalecer los músculos y aliviar el dolor. A continuación, presentamos algunos ejercicios recomendados: 

1. Estiramiento de cuádriceps 

  • Acuéstese de espaldas. 
  • Doble una rodilla manteniendo el pie en el suelo. 
  • Mantenga la otra pierna recta y levántela suavemente. 
  • Mantenga la posición durante 5 segundos. 

2. Elevación de piernas extendidas 

  • Acuéstese de espaldas con las piernas extendidas. 
  • Levante una pierna sin doblar la rodilla, manteniendo la tensión en el cuádriceps. 
  • Eleve hasta una altura cómoda y sostenga unos segundos. 

3. Sentadillas parciales 

  • Apóyese en una silla o barra estable. 
  • Realice una sentadilla suave, no más allá de 90 grados. 
  • Mantenga los talones en el suelo y la espalda recta. 

Incluya estos ejercicios dentro de un programa de rehabilitación de rodilla, siempre bajo la supervisión de un profesional en fisioterapia para rodilla.  

Impacto en la calidad de vida 

Cuando abordamos la artrosis de rodilla, es imprescindible entender cómo esta condición deteriora nuestra calidad de vida. Esta no solo reduce la movilidad, sino que afecta distintos aspectos diarios, siendo un factor de malestar constante para quienes conviven con ella. 

  • Dolor y capacidad funcional: Es común que experimentemos dolor, el cual limita nuestras actividades cotidianas y disminuye nuestra autonomía. La calidad de vida en pacientes con artrosis de rodilla se ve comprometida significativamente. 
     
  • Bienestar emocional: El impacto no es únicamente físico; el bienestar emocional también se ve afectado. La restricción de nuestras actividades normalmente disfrutadas puede llevar a sentirnos frustrados o decaídos. 
     
  • Fisioterapia para rodilla: Integrar la fisioterapia en nuestra rutina ofrece un enfoque conservador para manejar los síntomas; se ha demostrado que mejora nuestra funcionalidad y reduce el dolor
     
  • Cirugía de rodilla: En casos donde las intervenciones no invasivas no proveen suficiente alivio, la cirugía puede ser una opción. La repercusión clínica y la recuperación dependerán de factores individuales. 
     
  • Rehabilitación de rodilla: Una parte crucial tras cualquier intervención quirúrgica es nuestra rehabilitación, que busca restaurar la movilidad y fortaleza, siendo clave para retomar nuestras actividades anteriores. 
     

En nuestro camino hacia la gestión de la artrosis de rodilla, es fundamental mantenernos informados y buscar opciones de tratamiento que se adapten a nuestras necesidades específicas. 

Consejos para prevenir la artrosis 

Cuando hablamos de la prevención de la artrosis, especialmente la localizada en la rodilla, nos centramos en una serie de medidas proactivas que podemos implementar en nuestra vida diaria. A continuación, detallamos algunas recomendaciones: 

  • Control de peso: Mantener un peso saludable reduce la presión sobre las articulaciones y, por tanto, la posibilidad de desarrollar artrosis. Un índice de masa corporal dentro del rango recomendado es esencial. 
  • Ejercicio regular: La actividad física refuerza los músculos alrededor de las articulaciones, lo que facilita la estabilidad. Recomendamos ejercicios de bajo impacto como: 
  1. Natación 
  1. Bicicleta 
  1. Caminar por terrenos llanos 

Es importante evitar actividades de alto impacto que pudieran empeorar la condición de la rodilla. 

  • Evitar movimientos que sobrecarguen la rodilla: Es clave adaptar nuestras actividades diarias para no exigir de más a nuestras rodillas. Esto puede incluir la modificación de la técnica deportiva y el uso de apoyo ortopédico si es necesario. 
     

Incluir estos consejos en nuestra rutina puede marcar una gran diferencia en la prevención de la artrosis de rodilla y en nuestra salud en general.