Desde hace años, el frío se ha utilizado como herramienta en tratamientos para curar diferentes dolores y enfermedades, tanto en forma de hielo como de nieve. El fin de esta técnica es bajar la temperatura de nuestros tejidos corporales con fines terapéuticos. Hay diferentes formas de aplicar este método, desde un baño de agua fría hasta en forma de crioterapia gaseosa. 

Teniendo en cuenta lo comentado anteriormente, todos sabemos que es muy importante recuperarse bien después de realizar cualquier actividad física, sobre todo si se trata de un ejercicio aeróbico intenso. Para conseguir una recuperación óptima, la inmersión en agua fría es una de las técnicas más populares entre deportistas de nivel medio o de alto rendimiento. 

Si quieres saber más, hoy en el blog de Fisiomarket, te contamos varias curiosidades sobre este tratamiento. ¡Sigue leyendo!

Qué es la crioterapia en fisioterapia

La crioterapia es una técnica curativa donde se utiliza el frío extremo, generalmente hielo o agua helada (-15 °C), para tratar lesiones, recuperación muscular o diversas inflamaciones.  

Generalmente, se busca conseguir mejorar el sistema circulatorio, reducir inflamaciones, mejorar el sistema nervioso, la contracción muscular, etc. Cuando nuestro tejido se inflama, significa que el organismo está trabajando para regenerar el tejido lesionado. Por ello, gracias a la aplicación del frío conseguimos disminuir la inflamación, el dolor, el espasmo muscular y el metabolismo de los tejidos. 

La inmersión del cuerpo en agua fría puede ser de forma total o parcial, y suele durar entre 5 y 20 minutos como máximo, pudiendo realizarse de forma intermitente. Siempre es recomendable que se controlen muy bien los tiempos para no llegar a sufrir hipotermia. 

Cómo funciona la crioterapia

Pero… ¿Quieres saber cómo funciona exactamente esta técnica? Pues bien, basándonos en lo comentado anteriormente, debes saber que esta aplicación de frío funciona de manera que al disminuir el metabolismo de los tejidos, también se reduce la demanda de oxígeno de las células cercanas a la lesión. 

Debido a la respuesta inflamatoria de nuestro organismo, se produce una falta de oxígeno de estas células dañadas y, gracias a la aplicación de frío en la zona dañada, se consigue el efecto contrario

En resumen, al reducirse la inflamación, también se reduce esa falta de oxígeno de las células, ya que disminuye el metabolismo de los tejidos. De hecho, esta es la razón por la cual se recomienda aplicar frío en el momento de sufrir cualquier tipo de lesión.

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Inmersión en agua fría para las agujetas y lesiones 

A modo de técnica de recuperación de diferentes tipos de entrenamiento, funcionaría de la misma forma. Nuestro cuerpo, después de cada ejercicio físico, aumenta su temperatura y, también, la fatiga del sistema nervioso central

Al introducirnos en agua fría después de nuestro entreno, reducimos esa fatiga del sistema nervioso, además de la disminución del estrés cardiovascular, gracias a las variaciones del flujo sanguíneo. 

Esto ayudaría a reducir las agujetas post-entrenos y mejorar el estado de las lesiones que pueda sufrir el deportista. En definitiva, a una mejor recuperación. 

Formas de aplicación 

Existen diferentes formas posibles de crioterapia para conseguir los efectos que se han mencionado anteriormente. 

Crioterapia con hielo o criogel

Se aplica en la zona específica donde se haya sufrido la lesión. Actúa de forma directa y rápida aunque los efectos no son muy duraderos, ya que una vez que dejemos de colocar el hielo o el gel, el efecto de la aplicación se pierde. Este último es más conveniente de usar que el hielo, puesto que mantiene el frío durante más tiempo.

Crioterapia gaseosa

Este tipo de crioterapia consiste en una fuente de dióxido de carbono frío que puede llegar hasta los -120 °C. Este gas sale en forma de microcristales, que al instante se evapora y forma una especie de humo blanco y opaco. A pesar de alcanzar una temperatura tan baja, es fácilmente tolerable por los deportistas, ya que es un gas muy seco.  

Crioterapia por inmersión en agua fría

Se trata de introducir una parte de tu cuerpo o la totalidad, en una bañera llena de agua fría a menos de 15 °C. Se utiliza después de realizar una actividad física de un nivel de rendimiento medio-alto. En muchas ocasiones, también se aplica en momentos de una lesión grave, donde se necesita una recuperación rápida. 

Beneficios de la inmersión en agua helada

Algunos de los beneficios que aporta esta técnica curativa son los siguientes: 

  • Una buena recuperación te ayudará a mejorar en tus futuros entrenamientos, puesto que no estarás sobreentrenado y tendrás muchas menos agujetas. 
  • Mejora y acelera el proceso de rehabilitación, ya que al reducir el espasmo muscular, nos permite una mayor amplitud de movimiento de la zona lesionado y nos ayuda a comenzar a mover esa zona lo más pronto posible. 
  • Reducir la hinchazón gracias al favorecimiento del flujo sanguíneo tras el entrenamiento te ayudará a tener una mejor recuperación.

BIBLIOGRAFÍA